Colapso del andamio

El riesgo de colapso del andamio es el que implica que la estructura del andamio se desmorone, se deslice, se incline o se desestabilice, lo que puede provocar caídas de personas o de objetos, golpes o atrapamientos, incendios o explosiones, o contactos eléctricos. Este riesgo puede ser causado por varias razones, como una mala instalación, una sobrecarga, un daño, una interferencia o una condición climática adversa.

Para evitar o minimizar el riesgo de colapso del andamio, se deben seguir unas pautas de seguridad que incluyen:

• Elegir el andamio adecuado, que garantice la resistencia, estabilidad, dimensiones, movilidad y accesibilidad necesarias para el trabajo en altura.
• Montar y desmontar el andamio correctamente, siguiendo las instrucciones del fabricante o del proveedor, y contando con personal cualificado y autorizado. Se debe comprobar que el andamio esté bien nivelado, fijado y apoyado sobre una superficie firme y plana, y que no presente defectos o daños que puedan comprometer su seguridad.
• Usar el andamio correctamente, respetando la capacidad de carga y la distribución del peso, manteniendo el orden y la limpieza, usando el equipo de protección individual adecuado, y evitando trabajar en condiciones adversas o ante cualquier anomalía o riesgo.
• Inspeccionar y mantener el andamio, realizando revisiones periódicas, reparando o sustituyendo las piezas o elementos defectuosos, y conservando el andamio en buenas condiciones de higiene y seguridad.
• Instalar y usar sistemas de protección colectiva, como barandillas, redes, plataformas, etc., que impidan o amortigüen la caída de personas o de objetos.
• Señalizar y delimitar adecuadamente el andamio y sus alrededores, para advertir de los riesgos y evitar que haya personas o vehículos circulando por debajo o cerca del andamio.
• Coordinar y comunicar las actividades con otros trabajadores o empresas, para evitar interferencias o situaciones de riesgo.