El riesgo de electrocución es el que implica el contacto directo o indirecto de los trabajadores o de las partes metálicas del andamio con una fuente de electricidad, lo que puede provocar una electrocución, una quemadura o un incendio. Este riesgo puede darse por una instalación eléctrica defectuosa o inadecuada, por una proximidad excesiva a líneas de alta tensión, por una falta de aislamiento o de puesta a tierra, o por una manipulación imprudente de equipos o herramientas eléctricas.
Para evitar o minimizar el riesgo de electrocución, se deben seguir unas pautas de seguridad que incluyen: