Las malas prácticas al utilizar andamios son aquellas acciones o conductas que no respetan las normas de seguridad y que pueden provocar accidentes, lesiones o daños materiales. Algunas de las malas prácticas más habituales son:
Apoyar el andamio sobre bases inestables o débiles, como alzas de madera, alcantarillas o zonas blandas.
Usar elementos ajenos al andamio, como tablones o piezas sueltas, que no garantizan la estabilidad ni la resistencia del andamio.
Acceder al andamio por medios inseguros, como saltar, trepar o usar sillas o cajas, en lugar de usar las escaleras o plataformas habilitadas.
Dejar herramientas o materiales en las pasarelas, que pueden caer o provocar tropiezos o desequilibrios.
Montar o desmontar el andamio sin personal cualificado ni autorizado, sin seguir las instrucciones del fabricante o del proveedor, o sin comprobar el estado y funcionamiento del andamio.
Sobrecargar el andamio, excediendo la capacidad de carga o distribuyendo el peso de forma irregular.
Trabajar en el andamio sin equipo de protección individual, como casco, guantes, calzado, arnés, etc., o sin usarlo correctamente.
Trabajar en el andamio en condiciones climáticas adversas, como lluvia, viento, nieve, etc., que pueden afectar a la visibilidad, al agarre o a la estabilidad del andamio.
No señalizar ni delimitar el andamio y sus alrededores, para advertir de los riesgos y evitar que haya personas o vehículos circulando por debajo o cerca del andamio.
No coordinar ni comunicar las actividades con otros trabajadores o empresas, para evitar interferencias o situaciones de riesgo.